domingo, 27 de diciembre de 2009
Sobre el heroismo de la vida cotidiana
Desde que terminaron los talleres estuve buscando una manera para ir preparándonos a la distancia, yo, Susana Torres y las mujeres participantes en el proyecto para las piezas que vamos a empezar a ensayar en febrero y que presentaremos en el mes de marzo. Cómo hacer para ir conociéndonos y creando a la distancia. Es así como nació la idea de las entrevistas por skype que he realizado durante 10 días, a todas y sobretodo a Evita, quien me ha contado historias magníficas de la selva, y Mónica, de Puente Piedra, quien me ha hablado de su mamá, de sus gatos y de sus andanzas peligrosas y su amor por la historia; a Joselyn , joven madre de 15 años, cuyo compañero está preso desde hace algunos meses. Por otro lado, les he pedido a cada una de ellas que me escriban sus sueños cada día, y Evita y Wilma se ofrecieron a escribir unos cuadernos de sus vidas. Las entrevistas las he grabado en diferentes soportes de audio y video, con este material, no solo voy a escribir los guiones gramatúrgicos sino también voy a usarlos como objetos sonoros y visuales en los performances.
Es magnífico todo esto, encontrarse del otro lado del mundo, comunicadas a través de la pantalla de una computadora, y entrar en una relación íntima, llegar hasta lo más hondo de los recuerdos de infancia.
Es Navidad, por esta parte del planeta el 26 de diciembre hay en el supermercado cerros de hígados de pato en bolsas plásticas esperando que alguien se atreva a seguir comiendo fois gras, sin reventar como los mismos patos ex-propietarios de dichos hígados.
Cintas de colores salen como resortes en forma de moños por los lados de los contenedores de basura que están atiborrados de cajas de cartón de muñecas también de plástico que hablan y caminan.
Por las calles, caminan familias lentamente; las niñas vestidas con zapatitos de charol o botitas forradas de peluche se deslizan sobre sus patines o patinetes nuevos, los abuelos aprovechan del paseo anual que con generosidad sus hijos y nietos les conceden por navidad.
Por otro lado, leo y releo los pequeños papelitos recibidos en vísperas de Navidad desde Puerto Nuevo, Puente Piedra, Comas, San Martín de Porres, con los sueños que al menos 10 mujeres han anotado cada día prolijamente; también las hojas de cuadernos justus tamaño A4, escritos por Evita Gaviria y por Wilma Celia Sánchez La Barrera.
He escaneado algunas de estas páginas que verán aquí a los lados, testimonios íntimos de mujeres de hoy, relatos sencillos pero tan cargados de emoción y de sentido, de verdad; sin nada que maquillar, sin nada que esconder, solo ser, no parecer.
¿Porqué una brecha tan grande entre un universo y otro? ¿Entre el mundo del ser y el mundo de las apariencias? ¿Entre el mundo de buscar y el de recibir?
*
He leído también un texto precioso de Pascal Picq, introducción del maravilloso libro "100,000 ans de Beauté" que acaba de publicar la editorial Gallimard, en el que me consuela este párrafo:
"Lejos de mentir o de faltar a la verdad, el cosmético objetiva esta característica del hombre: trata de ocupar la separación entre una carne objetiva, que uno podría llamar biomedical, y este cuerpo humano, lleno de sentido y tendido hacia si mismo. (.....)
Entre el abanico numeroso de mis gestos, en esta distancia entre su apariencia y un yo que me escapa, quien soy yo, para mi-mismo y para el prójimo, teniendo en cuenta que cambio de porte, de actitud y de color según el otro? De esta brecha nace la conciencia de sí."
Perdon por estas líneas descocidas, pero no quería dejar de escribirlas.
Karin Elmore
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